Era un día en el desierto, todos dormían por la noche y de día se dedicaban a sus asuntos, de pronto el cardenal voló a la punta de un cáctus y gritó: ¡Son muchos, cientos! ¿Cientos de qué? preguntaron todos los animales ¡Cientos de perritos, miles, miles! Y el pajarito se fue volando.
Los perritos son buenos vecinos dijo la tortuga , cavan y hacen muchos túneles, luego se mudan y dejan madrigueras para los que no cavamos tan rápido. Llegó una familia de perritos pero uno de ellos dormía durante el día, todos lo veían como un bicho raro. Una noche en la que los depredadores salieron a cazar se escuchó un grito: '¡CHIIIP, CHIIIIIIP, CHIII, CHUUP!' ¡ENEMIGOS! y así varias veces. Todos le decían '¡Cállate perrito! ¡Cállate que es media noche, déjanos dormir! Pero el perrito no hizo caso.
Al día siguiente todos se quejaban de no haber dormido, enojados formaron un círculo, se estaban quedado dormidos arrullados por el canto del cenzontle, hasta que un borrego cimarrón se dio un topa con el burro y todos se despertaron, entonces decidieron ir a la casa del perrito y despertarlo, ya que estaba dormido. Los animales hicieron un gran escándalo. Al atardecer, ya cansados de tanto esfuerzo, sin comer ni dormir, se fueron todos a su madriguera. Esa fue la única noche silenciosa que se ha conocido en el desierto.
Metzli Camila Nájera Martínez
2° A
Colegio Rubén Darío