Al emigrar al sur en busca del calor, una golondrina se posa en la estatua de El Príncipe Feliz, y descubre que está llorando. La golondrina, (aunque demasiado educada para hacer observaciones de carácter personal en voz alta), pregunta y averigua el motivo del sufrimiento del príncipe: la miseria de la ciudad. Para satisfacer los deseos del Príncipe, la golondrina retrasa su viaje a Egipto.
El libro trata de un valle en una ciudad que era muy triste llamada Tíbet, en el valle vivía un huérfano llamado Wangjia que se llevaba con un viejo que le contaba historias de cuando su pueblo era feliz. Un día Wangjia estaba con el viejo y le dijo una historia que cuando su pueblo era feliz y abundaban muchas flores, las cosechas siempre florecían, todos se reían y eran felices, ese día el viejo tosió y tosió hasta que presintió que venía su muerte entonces el viejo le dio una pluma a Wangjia de colores irisados y le dijo que fuera a donde el sol sale y que se la diera a un pájaro para que conociera la felicidad. 
Después de enterrar a su amigo, Wangjia emprendió el viaje donde se encontró con un gigante de barba negra que estaba pintado en la pared y éste le preguntó a donde se dirigía y Wangjia le dijo que a buscar al pájaro de la felicidad, entonces el gigante le dijo que si daba un paso más, el suelo plano se convertiría en piedras puntiagudas afiladas cómo un cuchillo, pero Wangjia se acordó de su amigo y se armó de valor, no dio marcha atrás y se fue cortándose las manos y los pies haciéndose trizas el pantalón, después se encontró con otro gigante pero ahora de barba roja, también le preguntó a donde se dirigía y Wangjia le contestó que a buscar el pájaro de la felicidad, el gigante le dijo que si daba un paso más no volvería a comer nunca más pero Wangjia recordó a su amigo, se armó de valor y no dio marcha atrás y con el tiempo se fue volviendo flaco hasta quedar en piel y hueso. 
Más adelante se encontró con otro gigante pero de barba negra, el gigante le preguntó que a donde se dirigía y Wangjia le contestó que a buscar al pájaro de la felicidad entonces el gigante le dijo que si daba un paso más se quedaría ciego entonces Wangjia recordó a su amigo y se armó de valor, entonces se quedó ciego y caminó hasta que ya no pudo más y se quedó recostado en el piso hasta que oyó el canto de un pájaro y soltó la pluma y llegó hasta donde se encontraba un pájaro de colores irisados, entonces el pájaro descendió hasta donde se encontraba el pueblo y lo llenó de alegría y felicidad.
Hola soy Luis Antonio de la Escuela Primaria Benita Galeana les comparto este libro
