Petiblanco
es un joven pingüino que no entendió y por eso quiere saber por qué hay días en
el Polo Norte donde no sale el Sol. Como nadie sabe explicarlo va a empezar un
viaje al Sur con ayuda de su amiga gaviota, en su viaje nada sin parar ya que
es perseverante, en el trayecto conoce a un oso muy amigable y Petiblanco fue
muy breve y se fue directito al mar a seguir nadando; tenía cinco pingüino y
para su suerte en el mar una graaaaaaan cola de pez, de repente la da un
fuerte picotazo y así, casi al mismo tiempo se escucha un grito
¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Y sale un tipo sirena, sí mitad humana y mitad pez. Petiblanco
la observó fijamente, se sacudió un poco y le pide una gran disculpa, la sirena
también la vio muy fijamente, nunca había visto un pingüino. Después conoció a
una libélula, ésta fue quien le explicó la duda que tanto ansiaba saber, la
libélula le dijo que era una confusión porque el sol no era el que salía de
noche, sale de día y la luna era la que sale de noche y que algunas veces no se
ve tanto, Petiblanco lo entendió y le dijo que le gustaba andar viajando para
conocer nuevos lugares y nuevos amigos, juntos recorrieron un tramo de mar
hasta que la libélula se despidió porque tenía que ir a otro lugar. Petiblanco
seguía nadando hasta que vio una estrella grande, era de color rosa y amarillo.
¡Sí, era de mar!, esta le dio una perla de regalo por ser amigos, pero él muy
pronto la perdió, la buscó y buscó hasta llegar a México. En Cancún, la
encontró y decidió quedarse ahí por ser un lugar muy bonito y cálido.
Nombre de la alumna: Ximena G.G. Grado: 6º Escuela: Rubén Darío
Título del libro: ¡Buen viaje Petiblanco!
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